China ha vuelto a entrar en el top ten de los países de Chainalysis en adopción de criptomonedas. De esta forma, investigaciones de la compañía indican que el país asiático ha movido tres posiciones desde su puesto 13 en el Índice Global de Adopción de Criptomonedas 2021 y ahora se encuentra en el 10. El cambio es interesante porque las actividades de criptomonedas se han vuelto ilegales en China. En 2021, el gobierno chino declaró ilegal extraer bitcoins y criptomonedas en el país. Además, también dijo que era ilegal comerciar con criptoactivos. Como resultado, hubo medidas enérgicas contra las actividades de criptomonedas en todas partes del país. Además, los principales intercambios de criptomonedas, incluidos Huobi y KuCoin, han finalizado sus servicios a los chinos. Por lo tanto, las empresas tomaron esta decisión para seguir las políticas del gobierno chino.
China y Bitcoin
Chainalysis dijo que sus datos más recientes «muestran que las políticas anticriptomonedas no han tenido ningún efecto o se han aplicado de manera deficiente». “Nuestros subíndices muestran que China es especialmente fuerte en el uso de servicios centralizados. Como tal, ocupa el segundo lugar en general en volumen de transacciones ajustado al poder adquisitivo a nivel general y minorista”, afirma el informe. El índice de 2022 coloca a Vietnam en la cima, seguido de Filipinas, Ucrania e India. Estados Unidos saltó a la quinta posición. Como tal, Chainalysis dice que la adopción global alcanzó el máximo histórico actual y se estabilizó en 2021. Recientemente, un estudio del Centro de Finanzas Alternativas de Cambridge (CCAF) también reveló que la minería de criptomonedas es sólida en China. La CCAF tenía datos sobre un nuevo mapa minero que confirmaba el dominio creciente de los EE. UU. y revelaba el sorprendente resurgimiento de China como principal competidor en el campo de la minería de Bitcoin. De esta forma, el estudio de CCAF colocó a China como representante de más del 20% de la tasa de hash de la red Bitcoin. Las cifras del Centro sugieren que las actividades mineras de bajo perfil de China han resurgido para estar justo detrás de EE. UU. pero por delante de Kazajstán, Canadá y Rusia.