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El mundo de la biorrobótica está experimentando una transformación a medida que científicos de la Universidad de Cornell y la Universidad de Florencia han desarrollado robots biohíbridos alimentados por señales eléctricas del micelio de hongos. Este nuevo enfoque muestra el potencial de incorporar organismos vivos a sistemas robóticos para mejorar su adaptabilidad y capacidad de respuesta. Dirigido por Anand Mishra y el profesor de Ingeniería Mecánica, Robert F. Shepherd, el equipo de investigación cultivó micelio de hongo ostra real (Pleurotus eryngii) y lo integró en la electrónica de dos diseños de robots distintos: un robot blando con forma de araña y un robot con ruedas. Al aprovechar la capacidad innata del micelio para generar señales eléctricas, los investigadores crearon robots que pueden detectar y responder a su entorno de formas sin precedentes. «Pudimos diseñar hardware artificial que puede operar en el mundo real, pero aún así aislar señales eléctricas débiles del micelio vivo», dijo a Decrypt Robert F. Shepherd, profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial en la Universidad de Cornell. «Estas señales cambian de acuerdo con las señales ambientales, como la intensidad de la luz. Para demostrar la solidez de nuestra solución, el autor principal Anand Mishra utilizó entradas de luz ultravioleta para controlar un robot con ruedas y otro que camina». Shepherd explicó que el trabajo ha sido financiado por una subvención CROPPS de la El trabajo fue realizado por la Fundación Nacional de Ciencias y contó con el apoyo del Instituto de Materiales Vivos de Ingeniería de Cornell. El objetivo del trabajo ha sido utilizar el micelio para detectar problemas con el suelo y responder a ellos. «De todos modos, el micelio está en el suelo, aprovechar sus vías de señalización para medir la salud del suelo sería un gran logro», dijo. Uno de los desafíos clave a los que se enfrentaron los investigadores fue desarrollar un sistema capaz de detectar y utilizar las débiles señales eléctricas generadas por el micelio para controlar los robots. Mishra diseñó una interfaz eléctrica que lee con precisión la actividad eléctrica bruta del micelio, la procesa y la convierte en señales digitales que pueden activar los actuadores del robot. Los robots biohíbridos completaron con éxito tres experimentos, demostrando su capacidad de caminar y rodar en respuesta a los picos eléctricos del micelio, cambiar su forma de andar cuando se los estimula con luz ultravioleta e incluso anular por completo la señal nativa del micelio. Estos logros resaltan la increíble adaptabilidad y capacidad de respuesta de los robots propulsados ​​por hongos. Editado por Stacy Elliott.

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