El uso de Twitter podría costar a los brasileños casi 9.000 dólares al día, ya que la Policía Federal de Brasil (el equivalente del FBI en el país) ha sido autorizada a investigar a los usuarios que desafiaron una prohibición nacional de la red social de Elon Musk, X (antes conocida como Twitter). La pena por usar X durante la suspensión es equivalente a casi tres años de salario mínimo. «Ordeno a la Policía Federal que vigile los casos extremos de uso de 'X'», decía una orden presentada la semana pasada por el juez brasileño Alexadre de Moraes. El juez ordenó a la Policía Federal identificar a cualquiera que publique tweets después de la prohibición y, «si el comportamiento se mantiene o se repite», aplicar fuertes multas. Los investigadores federales ya están buscando casos de uso y abuso sin más detalles sobre los métodos utilizados para identificar a los infractores. Políticos de alto perfil, entre ellos Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro, y el senador Marcos do Val, están bajo investigación por supuestamente usar VPN para acceder a la plataforma, según un informe del medio de comunicación brasileño Metropoles. Los investigadores se están centrando en las huellas digitales que dejan estas personas, y las sanciones a las que se enfrentan podrían ser severas si eluden las restricciones en repetidas ocasiones. No es de sorprender que para muchos brasileños, los riesgos legales y las multas crecientes hayan creado un ambiente tenso. Un usuario brasileño de X que accedió a la plataforma a través de una VPN después de la suspensión describió la ansiedad que le producía usar X para trabajar. «No sé cómo funciona la investigación (de la Policía Federal), y no puedo pagar ni el 10% de esa multa diaria», dijo el usuario a Decrypt, «pero tengo que ganarme la vida». Incluso Elon Musk estaba dudando después de recibir una multa de 4,2 millones de dólares, y parecía estar buscando una forma de poner fin a la lucha por la libertad de expresión que inició en agosto. Fue entonces cuando Musk cerró las oficinas de X en el país y se negó a cumplir una orden judicial que exigía a X que eliminara más de 100 cuentas que estaban involucradas en la difusión de información errónea sobre la legitimidad de los resultados de las elecciones de 2022 o que estaban acusadas de difundir el odio. Más recientemente, aumentó su retórica, comparando al juez de Moraes con el villano de Harry Potter, Voldemort, y exhortando a los brasileños a utilizar VPN para eludir la prohibición. Pero Musk cambió de rumbo el viernes, cuando X de repente comenzó a cumplir con las órdenes de la Corte. Volvió a nombrar a Rachel de Oliveira Villa Nova Conceição como directora de X. X, representante legal en Brasil, un mes después de su renuncia por razones «estrictamente personales». Sin embargo, el cambio de actitud de X todavía estaba bajo revisión por la Corte Suprema el lunes, que aún no había confirmado oficialmente la recepción de la documentación necesaria. Mientras X se apresura a cumplir con las órdenes judiciales de Brasil, muchos usuarios ya han abandonado el barco. A raíz de la prohibición de la plataforma, millones de brasileños aparentemente han migrado a Bluesky, una plataforma descentralizada fundada por el ex director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey.La base de usuarios de Bluesky aumentó a más de 10 millones en apenas unos días, un crecimiento récord. Algunos ex usuarios de X dicen que probablemente no volverán a la plataforma de Musk incluso si se restablece. «Es muy tóxica y destruye mi estado de ánimo», dijo Matt Bixler, un ex usuario de X que emigró a Bluesky. Aun así, otros quieren volver porque es la plataforma más grande de su tipo. Y, al estilo típico brasileño, algunos «refugiados» de las redes sociales se están burlando de todo el asunto.
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