Sam Altman, director ejecutivo y cofundador de OpenAI, compartió su visión del futuro en una publicación titulada “La era de la inteligencia” publicada en su sitio web el 23 de septiembre. En su escrito, Altman postula que en las próximas décadas, la humanidad logrará hazañas que a nuestros antepasados les parecerían mágicas. El jefe de OpenAI sostiene que esta aceleración de la capacidad humana no es algo sin precedentes, sino que alcanzará nuevas cotas. Señala que nuestras mayores capacidades no se deben a cambios genéticos, sino a la inteligencia avanzada incorporada en la infraestructura de la sociedad. Altman imagina un futuro en el que la IA proporcione herramientas para abordar problemas complejos, y sugiere que cada persona podría llegar a tener un “equipo personal de IA” de expertos virtuales. Según el líder tecnológico, esto podría conducir a avances en educación, atención médica y desarrollo de software. La publicación del blog enfatiza el potencial de “prosperidad compartida” a una escala sin precedentes. En opinión de Altman, esta revolución tecnológica podría mejorar la calidad de vida de todos más allá de lo que podemos imaginar actualmente. Altman atribuye este salto inminente en el progreso humano al éxito del aprendizaje profundo. Altman afirma que la humanidad ha descubierto un algoritmo capaz de aprender cualquier distribución de datos, que mejora de forma previsible con el aumento de la potencia informática y de los datos. El cofundador de OpenAI prevé que los modelos de IA evolucionen hacia asistentes personales autónomos capaces de gestionar tareas como la coordinación de la atención médica. Altman cree que, con el tiempo, los sistemas de IA acelerarán el progreso científico en todos los campos. Para hacer realidad este potencial, Altman subraya la necesidad de una potencia informática abundante y asequible. Advierte de que, sin la infraestructura suficiente, la IA podría convertirse en un recurso limitado, lo que podría dar lugar a conflictos. Si bien reconoce los complejos desafíos que se avecinan, Altman sigue siendo optimista sobre el futuro. Predice que la «Era de la Inteligencia» traerá «prosperidad masiva» y permitirá logros notables, desde abordar el cambio climático hasta establecer colonias espaciales. Sin embargo, el empresario tecnológico también reconoce posibles desventajas, especialmente en los mercados laborales. A pesar de esto, Altman expresa su confianza en que la sociedad se adaptará, enfatizando el deseo innato de la humanidad de crear y ser útil. En sus reflexiones finales, Altman traza un paralelo con las revoluciones tecnológicas pasadas y sugiere que, así como no añoramos empleos obsoletos como el de alumbrado de lámparas, las generaciones futuras considerarán nuestra prosperidad actual como inimaginable en comparación con lo que nos espera. Imagen destacada vía Pixabay