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Para aquellos con buena memoria, la exageración que rodea a la inteligencia artificial se está volviendo cada vez más una reminiscencia del boom de las puntocom.

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Actualmente, se están invirtiendo miles de millones de dólares en Startups y proyectos de Inteligencia Artificial en empresas gigantes. El problema, expresa Zachary Lipton, es que la oportunidad está siendo eclipsada por los oportunistas que hacen afirmaciones exageradas sobre las capacidades de la tecnología.

Durante una charla en el MIT Technology Review’s, Lipton advirtió que el bombo está cegando a la gente a sus limitaciones. “Cada vez es más difícil distinguir qué es un avance real y qué es el aceite de serpiente”, expresó.

La tecnología de inteligencia artificial, conocida como aprendizaje profundo, ha demostrado ser muy poderosa en la realización de tareas como el reconocimiento de imágenes y la traducción de voz, pero ahora está ayudando a impulsar todo, desde autos sin conductor hasta aplicaciones de traducción en teléfonos inteligentes.

Pero la tecnología aún tiene limitaciones significativas. Muchos modelos de aprendizaje profundo solo funcionan bien cuando se alimentan con grandes cantidades de datos, y a menudo tienen dificultades para adaptarse a las condiciones del mundo real que cambian rápidamente.

En su presentación, Lipton también destacó la tendencia de los impulsores de la IA a reclamar capacidades similares a las humanas para la tecnología. El riesgo es que la burbuja de la IA lleve a la gente a confiar demasiado en los algoritmos que rigen cosas como vehículos autónomos y diagnósticos clínicos.

“Los legisladores no leen la literatura científica”, advirtió Lipton, “pero sí leen el clickbait que da la vuelta”. El negocio de los medios, dice, es cómplice aquí porque no hace un trabajo lo suficientemente bueno para distinguir entre avances reales en el campo y la pelusa de relaciones públicas.

Lipton no es el único académico que suena la alarma: en una reciente publicación de blog,  “Inteligencia artificial: la revolución no ha sucedido todavía”, Michael Jordan, profesor de la Universidad de California en Berkeley, dice que con frecuencia IA se porta con frecuencia como “un comodín intelectual”, y esto hace que sea más difícil pensar críticamente sobre el impacto potencial de la tecnología.

Aun así, Lipton reconoce que se enfrenta a una lucha al tratar de estallar el bombo. “Siento que solo soy un guijarro en una secuencia”, dice.

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Andreina Iglesias

Soy estudiante de economía UCV y me encuentro en una constante búsqueda de nuevos conocimientos. Sapere Aude

Andreina Iglesias

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