Ocean Falls, una pequeña comunidad de la Costa Central de Canadá, a casi 500 kilómetros de Vancouver, solamente accesible por vía acuática o por hidroavión, podría volver a florecer económicamente gracias a la minería de criptomonedas.
A comienzos del siglo XX, los primeros europeos que llegaron al poblado quedaron asombrado por la belleza del lugar y por sus recursos naturales. Así pues, en 1912 se construyó un dique para aprovechar la energía hidroeléctrica y una fábrica de papel. De hecho, esta fábrica de papel fue la más grande de la provincia de la Columbia Británica por muchos años.
Para la década de los 50 Ocean Falls vivió su esplendor, pasando de tener 250 habitantes en 1912 a 3500 para esas fechas. Sin embargo, el aumento de los costes laborales terminó haciendo la fábrica inviable; el pueblo cayó en el abandono. Para 1990 sólo 70 personas eran residentes permanentes.
Sin embargo, muchos inversores vieron en Ocean Falls una oportunidad. Contactaron a la empresa privada Boralex, dueña de la represa. Y así fue como la empresa Ocean Falls Blockchain acordó con Boralex la comprar de energía eléctrica a bajo precio. A pesar de que ninguna de las partes quiso revelar el precio exacto, Kevin Day, CEO de Ocean Falls Blockchain, asegura que “es prácticamente gratis”.
Anteriormente otros emprendimientos han intentado aprovechar el bajo coste de la energía eléctrica de la zona (casinos, cervecerías, cultivo de marihuana y plantas embotelladoras de agua), pero todos han fracaso debido a lo remoto del lugar y por el mal clima, ya que Ocean Falls es el lugar más lluvioso del continente.
Las empresas de minado de criptomendas que deseen instalarse en la zona, no solo tendrán que lidiar con el mal clima; también tendrán que sobreponerse a la volatilidad del mercado. Cuando Ocean Falls Blockchain, especializada el minado de Bitcoin y Ethereum, hizo la presentación del proyecto a sus inversores el valor del Bitcoin era de 11000$; al día de hoy no pasa los 7000$.
Autor original: Ricardo Romero