El empresario criptográfico deshonrado Sam Bankman-Fried (SBF) se enfrenta a una considerable sentencia de prisión de 25 años por planear el espectacular colapso de su intercambio FTX, dictaminó un tribunal de Manhattan el jueves. La sentencia, aunque significativa, representa sólo el capítulo inicial de una saga que probablemente continuará a través de apelaciones y posibles consideraciones de liberación anticipada. El juez Lewis Kaplan destacó el riesgo de que SBF repita sus crímenes y afirmó: «Existe el riesgo de que este hombre esté en condiciones de hacer algo muy malo en el futuro, y no es un riesgo trivial». Los fiscales se hicieron eco de esta preocupación, sugiriendo que la ambición de influencia política de SBF alimentó sus fechorías financieras.
Sobre el buen comportamiento y las penas de prisión breves
Si bien el plazo de 25 años no llega a los 40-50 años solicitados por los fiscales, coloca a SBF entre los criminales de cuello blanco más severamente castigados. Sin embargo, una mirada más cercana revela un posible lado positivo para el rey criptográfico caído. Los créditos federales por buena conducta y la Ley del Primer Paso, un proyecto de ley de reforma penitenciaria, podrían reducir significativamente su sentencia. Mitchell Epner, ex fiscal federal, explicó que Sam Bankman-Fried podría cumplir tan solo 12,5 años con buena conducta y la posible reducción del 50% de la Ley del Primer Paso para delitos no violentos. Este beneficio, originalmente destinado a delincuentes de drogas pertenecientes a minorías, ha generado preocupaciones sobre las discrepancias en las sentencias para los delincuentes de cuello blanco que normalmente ya reciben sentencias más leves.
Bitcoin se cotiza ahora a 69.800 dólares. Gráfico: TradingView «Ha resultado ser una enorme ayuda para los acusados de delitos de cuello blanco», afirmó Epner, destacando una posible consecuencia no deseada de la ley de reforma. Otra posibilidad de liberación anticipada radica en circunstancias médicas extraordinarias o en el cumplimiento de una parte sustancial de la pena. Si bien estos son escenarios menos probables, siguen siendo opciones para que las explore el equipo legal de Sam Bankman-Fried. Más allá de la pena de prisión, el juez Kaplan ordenó una considerable confiscación de 11.000 millones de dólares, una medida simbólica destinada a recuperar algunas de las pérdidas de los inversores. Además, Kaplan recomendó ubicar a SBF en una instalación de seguridad media cerca de su familia en San Francisco, una pequeña concesión en medio de la dura sentencia.
Los padres de Sam Bankman-Fried seguirán luchando por su hijo
Sin inmutarse, los padres de SBF expresaron su apoyo inquebrantable y afirmaron: «Estamos desconsolados y continuaremos luchando por nuestro hijo». Además, el equipo legal de SBF confirmó sus planes de apelar la condena, lo que indica una larga batalla legal en el horizonte. Esta sentencia histórica sirve como una dura advertencia para la industria de las criptomonedas, que alguna vez estuvo en auge. La falta de regulaciones y supervisión dentro de la criptoesfera expuso vulnerabilidades que SBF explotó sin piedad. En el futuro, los reguladores probablemente enfrentarán una mayor presión para implementar controles más estrictos para evitar catástrofes similares. La saga de Sam Bankman-Fried también plantea cuestiones críticas sobre la equidad del sistema judicial. La posibilidad de una reducción significativa de las sentencias a través de la Ley del Primer Paso resalta posibles brechas en cómo se castigan los delitos de cuello blanco en comparación con otros delitos. Imagen destacada de Ed Jones/AFP/Getty Images, gráfico de TradingView